¿Qué tener en cuenta al elegir las puertas interiores de casa?
Debemos tener muy en cuenta las necesidades de los habitantes del hogar y la frecuencia de uso para poder aplicar sistemas de apertura como las plegables o las correderas que se ocultan dentro del tabique, y saber si se va a necesitar que aísle del ruido o solo nos hace falta para que dé intimidad.
También es muy importante tener en cuenta el estilo decorativo. Una puerta puede aportar interés a una pared lisa y aburrida, puede dar mayor calidez a una habitación que así lo requiera, ofrecer la imagen vanguardista si se busca un estilo moderno o dotar de aspecto rústico una sala cuando es el estilo escogido para ella.
Al ser un elemento noble de la vivienda, normalmente de madera y por sí solo decorativo, la puerta interior nos da la posibilidad de armonizarlo con el resto de elementos de la vivienda, como el pavimento o los colores de las paredes. Es también muy importante cuando estamos proyectando la vivienda de una persona con movilidad reducida, la accesibilidad por los huecos de puerta así como el sistema de apertura. En estos post, vemos las características de una cocina adaptada y un baño adaptado a personas con capacidades de movilidad especiales.
La elección de la puerta de acceso a la vivienda
La elección de la puerta de entrada está determinada por el tipo de vivienda. Si se trata de una vivienda en un edificio de vecinos, habrá que ceñirse al modelo y los acabados corporativos de la comunidad, si bien se podrá personalizar el color interior de la puerta y se podrá incidir en el capítulo de la seguridad, blindándola o acorazándola.
Si vives en una casa unifamiliar, las posibilidades se abren en abanico, y convendrá tener en cuenta el estilo arquitectónico (inglés, rústico, contemporáneo…). En todo caso, puede ser interesante elegir un modelo con vidriera lateral para dejar pasar la luz al recibidor.
Entre las puertas de seguridad, las acorazadas son la mejor opción. La diferencia entre las puertas acorazadas y las demás puertas de entrada radica en que tienen una estructura interior de acero reforzada por elementos que las hacen más rígidas. También llevan herrajes de seguridad y un marco y premarco metálicos que se fijan directamente a obra.
Las puertas para el salón y las zonas nobles
En las casas antiguas era frecuente disponer de una doble puerta con vidriera en los salones. Podían ser abatibles o correderas, y aún sigue siendo una solución a considerar en muchas cosas donde el recibidor es muy oscuro. Para hacer los ambientes más diáfanos triunfan los modelos de puertas correderas tanto en vidrio templado con herrajes a la vista y como las puertas embutidas en un doble tabique en la pared.
Si se opta por los modelos tradicionales abatibles, las posibilidades de elección son muy extensas, y van desde las maderas nobles a las puertas lacadas en blanco (en estilo clásico o contemporáneo) molduradas, plafonadas o lisas y con diferentes tipos de huecos y vidrios, siendo el más utilizado el mate.
El resto de las puertas de paso de la casa suelen acompañar la estética de las del salón, al menos en lo que a color de acabado se refiere. Hay que tener en cuenta que las puertas lacadas nunca son de madera maciza, sino de DM de mayor o menor densidad, y que suelen ser más caras que las otras, aunque hay muchas calidades de lacado.
Elegir las puertas para la cocina
Es costumbre poner en las cocinas puertas con vidrio translúcido. Su principal ventaja es que dejan pasar la luz hacia el pasillo o el recibidor y su principal desventaja es que la frecuente condensación que se produce en la cocina hace que se ensucien mucho, tanto la madera como el cristal. Despensas y lavaderos con acceso desde la cocina pueden beneficiarse de la elección de una puerta de vaivén.
Las puertas para el cuarto de baño y los lavabos
Nos encontramos ante una zona en la que elegir la puerta cuidadosamente es crítico. Los cuartos de baños suelen tener una superficie muy reducida, por lo que no es lo más recomendable, en caso de que se pueda elegir, ponerles una puerta abatible.
Opta, siempre que sea posible, por un modelo corredero, a ser posible embutido en la pared, ya que permitirá aprovechar 1 m2 de superficie adicional. En caso de que el cuarto de baño no tenga ventana, se puede optar por una puerta con vidriera translúcida, siempre que pueda recoger luz natural o de otra habitación o pasillo iluminado.
Articulo procedente de: accesiblereformas.com
